La Historia de Úrsula Wolf

“La Medicina Tradicional China (MTC) me ayudó cuando mis doctores no pudieron encontrar formas mejores de tratar mi enfermedad”.

Es frecuente escuchar frases así de pacientes que han recibido tratamiento de Medicina Tradicional China. Normalmente se trata de gente que ha sufrido una serie de enfermedades y que ha terminado por recurrir a las ciencias médicas orientales, tras comprobar que ya no encontraban alivio a sus dolores o una cura en la medicina occidental.

“La casa en el pueblo de Bad Kötzing, en Baviera, sur de Alemania, no parece un clínica, sino más bien un hotel”, dice Úrsula Wolf, de 72 años. Úrsula conoce muy bien esta clínica, la primera en Alemania especializada en MTC y el lugar al que ella acudió cuando lo métodos convencionales de la medicina occidental dejaron de servirle para luchar contra el dolor crónico.

Dolor Insoportable

Hace más de quince años, Úrsula sufrió una protrusión discal que le causaba un dolor extremo que se extendía hasta los dedos de los pies. El doctor le recomendó operarse y ponerse una especie de chaleco para proteger la espina dorsal. La operación fue un éxito, sin embargo, nueve meses después, volvió a sentir dolor. Visitó de nuevo al doctor, pero ninguna de las terapias convencionales dio resultado. El dolor era casi insoportable y Úrsula tenía que tomar diariamente enormes dosis de analgésicos.

En 1999, la televisión de Baviera emitió un programa sobre un nuevo hospital en el distrito de Cham, donde la mayoría de doctores y profesionales procedían de China. El reportaje decía que la clínica perseguía una nueva concepción de la medicina al adoptar una aproximación holística a todas las enfermedades basada en la MTC.

Tratamiento con Medicina Tradicional China

“Esta es mi oportunidad”, pensó Úrsula, e inmediatamente fue a la clínica de Medicina Tradicional China. Durante los siguientes tres meses se sometió a tratamientos como la acupuntura, el Tuina (una forma de masaje) y el Qigong. La terapia se complementó con un ajuste dietético y con la ingesta de varios tipos de té. Tras una temporada en la clínica, Úrsula continuó en casa con el Qigong (una práctica para cultivar y equilibrar el Qi, el flujo vital de energía). Tres meses después el dolor había desaparecido y Úrsula disfrutó de un perfecto estado físico durante un largo periodo de tiempo.

Qi Gong

Sin embargo, doce años después, los familiares síntomas volvieron a aparecer. Úrsula visitó de nuevo a su médico de cabecera, pero la medicina occidental le volvió a fallar. Además de los efectos secundarios causados por algunos medicamentos, las altas dosis de analgésicos que tomaba suponían un serio peligro para el hígado y otros órganos. Úrsula, cuya calidad de vida se había visto para entonces gravemente afectada, cayó en una grave depresión. Así que, una vez más, recurrió a la MTC y regresó a la misma clínica, donde volvió a recibir el mismo tratamiento que antes. Los doctores le ayudaron a eliminar el dolor sin analgésicos y, hoy, Úrsula lleva una vida normal, va todos los días a nadar y hace poco se compró una bicicleta para mantenerse en forma.

 Fragmento:

Matt, Helmut. “La Globalización de la Medicina Tradicional China.” Http://www.spanish.china.org.cn. N.p., 15 Dec. 2016. Web. 4 Jan. 2017.